Descubriendo la prodigiosa mente de Goya

Cuando hace 200 años el Museo del Prado abrió sus puertas, unas pinturas de Goya colgaban en las paredes de en una sala que daba acceso a la galería central: los retratos ecuestres de Carlos IV y María Luisa de Parma. El Prado, tras cumplir 200 años, ha querido celebrar su bicentenario con una exposición que busca descubrir la prodigiosa mente de Goya, uno de los maestros mejor representados en la pinacoteca, con unas 150 pinturas, medio millar de dibujos y todas sus series de estampas.

La exposición no reúne sus pinturas, sino sus dibujos. Es una exposición muy especial, porque reúne más de 300 dibujos de Goya, uno de los mejores dibujantes de la Historia del Arte. Parte de ellos proceden de los fondos del Prado; el resto, de colecciones privadas y grandes museos de todo el mundo. La exhibición abarca toda su carrera, desde sus primeros trabajos en Italia, cuando fue a Roma a aprender a dibujar del natural, hasta el final de sus días en Burdeos. Miguel Falomir, director del Prado, opina que esta exposición: «Es una de las mejores exposiciones que se pueden ver hoy en todo el mundo».

El Lego de los Patines de Francisco de Goya 

Goya
El Lego de los Patines de Francisco de Goya (1824-1828)
Cuaderno de Burdeos [H], hoja 28. Lápiz sobre papel verjurado, agrisado, 192 x 147 mm. Madrid, Museo Nacional del Prado. Fuente: Fuente: www.abc.es
Los dibujos de Goya destilan crítica política y religiosa, denuncia de los abusos de poder y manifiesta su compromiso social y humor. Basta con ver las lacónicas frases escritas a modo de títulos en sus dibujos: «Buena mujer. Parece», «Al desierto por ser santo. Amén», «¿Ve usted qué expresión? Pues no lo cree el marido», «Se le murió su amante y se le va al convento», «Este fue un cojo que tenía señoría».

El sancta sanctórum

El sancta sanctórum de la muestra, bajo el lucernario, está dedicado al Cuaderno C (1808-14), un diario gráfico en el que Goya expresaba, a través de sus dibujos, todo aquello que le preocupaba. El Prado conserva 120 de los 126 dibujos conocidos. En el centro de la sala, encerrado en una vitrina, se encuentra el cuaderno abierto y vacío, encuadernado en piel roja, con hierros dorados y gofrados. En las paredes, todos los dibujos están apiñados y sin cartelas, en una secuencia casi cinematográfica.

Los Cuadernos de Francisco Goya

Otra de las joyas de la exposición es el Cuaderno italiano, uno de sus dibujos más tempranos, contiene anotaciones manuscritas, recetas, datos biográficos y familiares. El Prado posee dibujos de todos sus álbumes y cuadernos, a excepción del que está señalado con la letra “D”, del que hay buenos ejemplos en esta muestra. Por la exposición van desfilando el Cuaderno de Sanlúcar, el de Madrid, el de bordes negros, el de viejas y brujas y el de Burdeos. Dibujos preparatorios para cartones de tapices, pinturas y estampas, copias de obras de Velázquez,  retratos familiares de su hijo Javier o su esposa, Josefa Bayeu. Muchos han sido restaurados, pero sin perder la pátina, la huella del tiempo. Goya los conservó toda su vida.  Pasaron a manos de su hijo y después de su nieto Mariano. Tras desperdigarse, acabaron en el Prado a través de distintas compras, donaciones y legados.

Ligereza y Atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid de Francisco De Goya

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Ligereza y Atrevimiento de Juanito Apiñani en la de Madrid de Francisco De Goya
Dibujo preparatorio para la Tauromaquia 20. Lápiz rojo sobre papel verjurado, 186 x 1278 mm. (1814-16). Madrid, Museo Nacional del Prado. Fuente: www.abc.es

En 2014 el Prado y la Fundación Botín firmaron un convenio de colaboración para la elaboración de un catálogo que reúne un millar de los dibujos de Goya, un proyecto que consta de cinco volúmenes. Hasta los ahora, solo uno ha salido a la luz, en el que se retiraron seis atribuciones a Goya y se incorporaron dos. Una de éstas cuelga en la exposición: «Vista de Madrid desde la pradera de san Isidro», de una colección particular de Madrid. La Fundación Botín vuelve a sumarse a un proyecto del artista. El Centro Botín de Santander se inauguró en 2017 con dos exposiciones: una con los dibujos de Goya, coorganizando con el Prado esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 16 de febrero de 2020. Cuando se presentó en el Centro Botín el primer volumen del catálogo razonado de sus dibujos, se exhibieron sus cartas dirigidas a Martín Zapater, amigo de su infancia, entre 1775 y 1803, evidenciándose que existía algo más que una buena amistad. «Amitié amoureux», escribía Goya en sus cartas a Martín Zapater, a quien se dirigía como «Mío de mi Alma.

Caricatura alegre Cuaderno de Madrid `{`B`}`, página 63. Francisco de Goya Pincel y aguada de tinta de hollín sobre papel verjurado, 232 x 142 mm 1795-96 Madrid, Museo Nacional del Prado. Fuente: www.abc.es

Autorretrato

La exposición inicia con un espléndido autorretrato de Goya, cedido por el Metropolitan Museum de Nueva York y se cierra con un sobrecogedor dibujo del Cuaderno de Burdeos: «Aun aprendo». «Se considera un autorretrato simbólico en el que el artista declara su afán inquebrantable de desarrollo personal». Asimismo, las reveladoras las palabras que Goya escribe a Joaquín María Ferrer en una carta fechada el 20 de diciembre de 1825 y que dan título a la exposición: «Agradézcame usted mucho estas malas letras, porque ni vista, ni pulso, ni pluma, ni tintero, todo me falta, solo la voluntad me sobra».

Goya
Autorretrato de Francisco Goya. Pincel y aguada de tinta de hollín sobre papel verjurado, 233 x 144 mm
1796
Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, Harris Brisbane Dick Fund, 1935. Fuente: www.abc.es

Fuente:

https://www.abc.es/contentfactory/post/2019/11/19/viaje-a-la-prodigiosa-mente-de-goya/

 

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