Mediante la Resolución 54/134, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha designado el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La premisa del día es crear conciencia en todo el mundo de que las mujeres son víctimas de violaciones, violencia doméstica y otras formas de violencia.
Según la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, define la violencia contra la mujer como:
“cualquier acto de violencia de género que tenga como resultado, o pueda tener como resultado, daños físicos, sexuales o daños o sufrimientos psicológicos a las mujeres, incluidas las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurran en la vida pública o privada”.
Históricamente, la fecha se basa en la fecha del asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal , activistas políticas en la República Dominicana los asesinatos fueron ordenados por el dictador dominicano Rafael Trujillo (1930-1961).
En 1981, activistas en los Encuentros Feministas de América Latina y el Caribe decidieron conmemorar el 25 de noviembre como un día para combatir y crear conciencia sobre la violencia contra las mujeres en general; el 7 de febrero de 2000, fecha en que recibió su resolución oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La ONU y la Unión Interparlamentaria han alentado a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las ONG a organizar actividades para apoyar el día como una celebración internacional. Por ejemplo, ONU Mujeres observa el día todos los años y ofrece sugerencias para que otras organizaciones lo observen. Para 2014, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing centra su atención en cómo la violencia atraviesa las 12 áreas críticas.
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que se conmemora el 25 de noviembre, seguido de los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género a nivel mundial, es un momento para reflexionar, renovar, ampliar y elaborar estrategias para lograr los compromisos para eliminar la violencia contra la mujer.
Poner fin a la violencia contra las mujeres es posible, pero solo si actuamos juntos, ahora. La Organización Mundial de la Salud desempeña un papel clave en llamar la atención y responder a la violencia contra la mujer como un problema de salud pública, igualdad de género y derechos humanos.
En todos los países y culturas, se necesitan más acciones para garantizar que las mujeres en toda su diversidad vivan una vida libre de violencia y coerción. Las estimaciones globales son preocupantes:
Los impactos en la salud pueden durar toda la vida: la violencia afecta la salud física, mental , sexual y reproductiva de las mujeres. Existen programas prometedores creados especialmente para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas. El marco interinstitucional RESPECT Women resume la evidencia para prevenir la violencia contra las mujeres. El apoyo debe estar disponible para las mujeres/niñas afectadas por la violencia, incluido el acceso seguro a la atención y los servicios.
Hace cinco años, el movimiento #MeToo, fundado por la activista Tarana Burke en 2006, provocó una movilización mundial, debido a la urgencia para prevenir y responder a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Desde entonces, se ha creado una conciencia y un impulso sin precedentes gracias al trabajo incansable de activistas de base, defensoras de los derechos humanos de las mujeres y defensoras de sobrevivientes en todo el mundo para prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas.
Al mismo tiempo, ha habido un aumento de los movimientos contra los derechos, incluidos los grupos antifeministas, lo que ha provocado una reducción del espacio para la sociedad civil, una reacción violenta contra las organizaciones de derechos de las mujeres y un aumento de los ataques contra las defensoras y activistas de los derechos humanos.
Apoyar e invertir en organizaciones de derechos de las mujeres y movimientos feministas fuertes y autónomos es clave para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Es por eso que este tema de 2022 es ¡ÚNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer marcará el lanzamiento de la campaña ÚNETE (del 25 de noviembre al 10 de diciembre), una iniciativa de 16 días de activismo que concluye el día que conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos (10 de diciembre).
Esta campaña, liderada por el Secretario General de la ONU y ONU Mujeres desde 2008, tiene como objetivo prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo, y pide una acción global para aumentar la conciencia, promover la promoción y crear oportunidades para el debate sobre desafíos y soluciones.
La campaña de este año tendrá como objetivo movilizar a toda la sociedad para que se conviertan en activistas para la prevención de la violencia contra las mujeres, para solidarizarse con las activistas por los derechos de las mujeres y apoyar los movimientos feministas en todo el mundo para resistir el retroceso de los derechos de las mujeres y llamar por un mundo libre de violencia contra las mujeres y niñas.
Entre sus actividades, la ONU realizará, a partir de este miércoles 23 de noviembre un evento en línea que se verá a través del canal de Youtube de ONU Mujeres o UN Web TV.
La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras en nuestro mundo actual y que, en gran medida, no se denuncia.
En términos generales, la violencia contra las mujeres se manifiesta en formas físicas, sexuales y psicológicas, abarcando:
Las consecuencias negativas para la salud psicológica, sexual y reproductiva de la violencia contra las mujeres y niñas afectan a las mujeres en todas las etapas de su vida. Por ejemplo, la privación de la educación educativas inicial donde se niega el derecho a la educación de las niñas; la restricción en el acceso a la educación superior e incluso en limitar las oportunidades de empleo para las mujeres en el mercado laboral.
La violencia contra las mujeres sigue siendo un obstáculo para lograr la igualdad, el desarrollo, la paz y el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. En definitiva, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es no dejar a nadie atrás; es decir, no puede cumplirse sin poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
España es un país de récords, en lo que a violencia de género se refiere. A 25 de noviembre, son 38 las mujeres asesinadas víctima de la violencia de género,
En lo que llevamos de 2022, un total de 26 niños se han quedado huérfanos como consecuencia de los crímenes de género. La mayoría de las asesinadas tenía edades que oscilan entre 41 y 50 años, al igual que sus agresores. Un 26% de los feminicidios tuvieron lugar en Andalucía, la comunidad autónoma con la mayor tasa de víctimas mortales por violencia de género
En cuanto a las denuncias, las cifras han sido muy bajas; debido a los desánimos en las mujeres para acudir a comisaría. Los últimos datos de la Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género (EVDVG) del Instituto Nacional de Estadística (INE), revelan que en 2021 se han interpuesto 30.047 denuncias por violencia de género, lo que representa un incremento del 3,1% respecto al año anterior.
Según la última encuesta del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se registró en marzo 2020, un 6,7% de los encuestados que situó este tipo de violencia entre los tres principales problemas del país.
La última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (septiembre 2020) se registraron los siguientes datos:
Según un estudio del Ministerio de Igualdad, las mujeres tardan en denunciar hasta 8 años y 8 meses, debido al miedo a la reacción del agresor, una situación precaria económica o de desempleo o por la vergüenza de reconocer la tolerancia a este tipo de abuso. También un 62% admite que le ha sido difícil identificar que estaba sufriendo un problema de violencia de género.
Para que esta situación no continúe ocurriendo, las mujeres deben estar atentas a las señales que les indican que están siendo víctimas de violencia de género. Es necesario, educar bien a los adolescentes para prevenir futuras situaciones violentas y, además, saber qué acciones tomar frente a una situación de maltrato.
Hay que tener muy en cuenta el perfil de un maltratador, ellos suelen ser educados, amables y respetuosos en general. Tienen actitudes sexistas, ejercen violencia psicológica o física, son rígidos de pensamiento, quieren tener el control, no asumen responsabilidades de sus actos, culpan siempre a la mujer de sus acciones; son expertos manipuladores y nada empáticos, no les importa el sufrimiento de sus víctimas, tienen baja autoestima a pesar de que aparentan ser seguros, pierden el control fácilmente, son emocionalmente inestables y desmedidos en sus reacciones».
Existen barreras infranqueables del maltrato: La invasión de la privacidad, cuando quieren controlar tu teléfono y redes sociales; dejar de ver a amigos, familias, alcanzar metas y sueños personales; descalificación y burlas sobre lo que la mujer hace o dice y las relaciones sexuales impuestas.
Lo anterior es una barrera que jamás se debe pasar, puesto que son los intentos de control por parte de la pareja de la mujer maltratada. Esos intentos pueden venir de conductas como vigilar qué ropa usa, con quien se reúne en su círculo de amistades o espiar sus redes sociales.
En este sentido, la empresa de seguridad informática ESET asegura que se conside violencia digital cuando una pareja tiene alguno de estos comportamientos:
La escalada de la violencia de género comienza en actos que pueden parecer inofensivos. Y cuando el maltratador no logra su objetivo, intensifica el control sobre la mujer; lo que nos puede llevar al maltrato psíquico y/físico.
Un informe elaborado por Fundación Mutua Madrileña afirma que aún hay mucho por hacer en la educación a los jóvenes. El III Macroestudio de Violencia de Género ‘Tolerancia Cero’ desveló que casi un 20% de la población entre 18 y 21 años considera que golpear a su pareja tras una discusión, no es una forma de maltrato.
Tras el acuerdo establecido para el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, firmado en diciembre de 2017, todos los sectores coincidían en que es fundamental educar a los menores para realizar un trabajo de educación y concienciación desde las aulas y los hogares.
Para ello es fundamental educar a los jóvenes, a través de las siguientes medidas:
Además, una buena herramienta sería utilizar la educación emocional: Educar en valores, para ser autónomos, para aumentar su autoestima, para que sean independientes emocionalmente; así como, a gestionar emociones y conflictos.
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