Charles James: El paso del couturier en el Reino de Halstonia

En 1970, el couturier Charles James y Roy Halston unieron fuerzas en una única colección que rompió su relación para siempre, pero definió la década de los 70.

Tres chaquetas cuentan la historia de dos genios

En las exhibiciones del Museo Victoria & Albert de Londres y del Metropolitan de Nueva York existen tres chaquetas que cuentan la historia de Charles James y Roy Halston.

La primera, confeccionada en 1937 es un diseño de satén blanco con curvas acolchadas. Esta prenda es la pionera de los abrigos duvet, siendo una de las creaciones más importantes de Charles James.

En cuanto a la segunda, fue diseñada en 1970 en seda azul que utiliza el acolchado dispuesto en líneas paralelas y se anchan en una silueta cónica. Estructuradas pero ligeras, han sido el resultado del esfuerzo conjunto de James, que diseñó la chaqueta, y de Roy Halston, cuya firma hizo posible su creación.

La última, diseñada en seda roja en 1975, consiste en que las mangas y el cuerpo caen en perfectas líneas rectas hasta la cintura. Es la culminación de la idea inicial de James que, finalmente, fue adaptada por Halston.

Tres prendas que definen a los dos genios dejando evidente la arquitectónica sartorial de James y la sensual fluidez de Halston; siendo la razón por la que ambos cruzaron caminos artísticos durante el verano de 1970

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¿Cómo se conocieron Charles y Halston?

Roy Halston conoció a Charles James en Chicago en 1958, una década antes de presentar su primera colección. Charles estaba recién retirado del mundo de la moda y la vida pública, los años dorados en los que Balenciaga lo había denominado como “el mejor couturier del mundo” y Christian Dior catalogó sus diseños como una “poesía” habían terminado.

Halston, uno de los mayores admiradores de Charles, seducido por su tempestuoso carácter y su brillante visión, ambos se hicieron íntimos después de que James se mudara en 1964 al hotel Chelsea en Nueva York. Charles estaba profundamente arruinado y tenía la esperanza de volver a trabajar a la escala de su apogeo, por lo que Halston lo hizo posible.

El Reino de Halstonia

Charles James era obsesionado por el perfeccionismo

Los diseños de James representaban la pureza que “absorbían lo esencial de la naturaleza, sin las complicaciones del mundo real”, según palabras del actor estadounidense Richard Martin. Las imponentes líneas de sus vestidos y abrigos requerían una compleja ingeniería para poder sostenerse, un trabajo que podía tardar meses en perfeccionarse.

Por este perfeccionismo, logró hacer hasta 200 vestidos en tres décadas. Los encargos podían o no llegar a las clientas a tiempo para un baile. Diana Vreeland, la editora en jefe de la revista Vogue desde 1963 hasta 1971, dijo en una ocasión que James prefería trabajar incesantemente en un vestido encargado para una fiesta y entregarlo tarde antes que entregarlo con imperfecciones. Pero esta estrategia no resultaba beneficiosa para el negocio.

Anne, la condesa de Rosse, una de sus clientas más importantes durante los años 30, contó que el couturier no era capaz de despachar a clientas que no consideraba estar a su altura, sin importar su estatus social. Sólo unas pocas afortunadas podían permitirse el lujo de adorarlo incondicionalmente. Entre ellas estaban las mujeres más elegantes de Estados Unidos, como Babe Paley, Austine Hearst o Millicent Rogers.

Charles James
Charles James.

Halston una leyenda en la moda estadounidense

El primer desfile de Halston se presentó en diciembre de 1968 en el salón situado en el 33 de la calle East 68th, en el que presentó 25 piezas, frente a una reducida audiencia que reunía a 30 personas sentadas en sillas doradas. A la mañana siguiente, se encontró a Babe Paley, una de las trendsetters más importantes de Estados Unidos, esperando en la puerta para encargar un traje sastre de rombos.

Las ideas que llevaron a Halston a convertirse en una leyenda en la moda estadounidense ya era evidente en ese desfile. En las colecciones que presentaría a lo largo de 1969, se desplegaron vestidos cruzados, camiseros, con silueta en A o con hombros asimétricos; así como los conjuntos fluidos con pantalones combinados con abrigos o cardigans largos.

Según contó Homer Layne, asistente de Charles James, aquella primera colección habían sido diseñadas sobre el cuerpo de modelos muy altas, no sobre compradoras del mundo real; por lo que Halston necesitó mejorar la confección de sus prendas urgentemente.

Roy Halston una leyenda en la moda estadounidense
Roy Halston una leyenda en la moda estadounidense. Fuente: www.vogue.es

La relación laboral entre James y Halston

Ambos diseñadores solían cenar juntos dos o tres veces por semana en Nueva York. En aquella época, James se encontraba arruinado por las demandas de plagio que él interponía incesantemente, se pasaba el día bajo los efectos del alcohol o de las drogas.

Pero, Halston decidió contratarlo como consultor para su propia firma con el objetivo de pulir la construcción de sus vestidos; ayudando a diseñar mejores formas de coser bolsillos o de hacer vestidos cruzados.

Las personas en su entorno le advirtieron que trabajar con James no era una buena idea. Pero Halston estaba consciente de lo que hacía. La entonces editora de moda del New York Times, Bernadine Morris, recordó: “Halston quería el conocimiento de James, pero también quería ayudarle”.

La ruptura laboral

La relación laboral entre James y Halston solo tomó forma en una colección presentada en junio de 1970, la cual era inacabada y con estilos heterogéneos.

Entre siluetas obtenidas de la ropa que James creó en los años 30 –pantalones con pliegues en la cintura, tops de ante anchos sobre la cadera, una bufanda circular que creó para la empresaria canadiense, Elizabeth Arden– el couturier aún le daba más importancia a la perfección que a las entregas.

En el backstage James tenía un chaleco de 250 piezas inacabado, quejándose de que Halston no le había dejado presentarlo en la colección.

Después del desfile, en el que nadie quedó satisfecho, y tras varias discusiones entre James y el resto del equipo, Halston le dio un ultimátum; y le ofreció 250 dólares semanales para que dejara de diseñar. James, ofendido, renunció a su cargo inmediatamente y convirtió a Halston en el villano de su vida.

James acusó a Halston de robarle un gran número de diseños, y llegó al punto de acosarle en algunas ocasiones. Y cuanto mayor era la fama de Halston, mayor era la obsesión de James.

Un día apareció muerto en su apartamento en el Hotel Chelsea por insuficiencia renal en 1978. Entre platos llenos de comida descompuesta, rollos de tela y un sinfín de dibujos, había una lista pegada a la pared de todos los diseños que creía que Halston había copiado, pero Halston nunca le guardó rencor.

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Roy Halston expresó su admiración por Charles James

En 1984, Halston Enterprises financió una retrospectiva sobre el trabajo de Charles James en el Brooklyn Museum, con una exhibición para expresar su admiración por el couturier y el impacto que tuvo sobre él.

A lo largo de su carrera, Halston conservó una orquídea blanca en su escritorio, la cual era su flor favorita y la consideraba sinónimo de la sencilla belleza de su ropa; lo que le recordaba el indeleble paso de Charles James por el Reino de Halstonia.

Exposición de Charles James en el MET de Nueva York
Exposición de Charles James en el MET de Nueva York.

Referencia

https://www.vogue.es/moda/articulos/historia-halston-charles-james

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