Sara García, la primera astronauta española de la historia

Con 33 años, Sara García es la primera mujer española en unirse a la última promoción de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA).

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¿Quién es Sara García?

Sara García nació en León en 1989. En 2012, se licenció en biotecnología y realizó un máster en investigación biomédica y biológica en 2013; ambas carreras las cursó en la Universidad de León; donde le fue otorgado el premio extraordinario de fin de carrera.

En 2018, se doctoró cum laude en biología molecular del cáncer y medicina traslacional en la Universidad de Salamanca, donde fue distinguida con el Premio al Doctorado Sobresaliente, en 2019.

En la actualidad trabaja en los laboratorios de investigación desde hace 12 años, en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde dirige un equipo de investigadores, desarrollando nuevos fármacos para tratar al cáncer de pulmón y del páncreas. También colaboró como voluntaria en la Asociación Española Contra el Cáncer, organizando congresos y talleres científicos.

Sara García ha reconocido que se ha convertido en un 'referente' para las niñas. (EFE)

Sara García, una mujer polifacética e hiperactiva

Esta castellana de inconfundible melena color fuego es una mujer polifacética e hiperactiva, que  realiza decenas de ocupaciones que conjuga con su trabajo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas; desarrollando fármacos para la cura del cáncer. Pero también entrena dos horas diaria nadando, haciendo crossfit, practicando krav magá –el arte marcial israelí–, submarinismo, paracaidismo, ganchillo, estudia ruso, física y matemáticas.

Sara García es la primera española en ser seleccionada por la ESA para su última promoción de astronautas.

“Nada de lo que he hecho en mi vida ha sido para ser astronauta, pero todo lo que he hecho en mi vida me ha ayudado a conseguirlo”, afirma.

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Sara García fue seleccionada para unirse al programa de la ESA

AstroSara, como se hace llamar, fue una de las 17 seleccionadas para unirse al programa internacional de la ESA en condición de reservista; tras enfrentarse a casi 23.000 candidatos y pasar 18 meses de pruebas.

“No puedes prepararte realmente para ninguna de las fases porque no sabes qué te van a preguntar, pero al mismo tiempo te quieres preparar porque estás poniendo mucha de tu ilusión y de tu esfuerzo en el camino, especialmente a medida que vas avanzando en las fases… Ahí sabes que un rechazo en alguna de ellas sería devastador”, reconoce.

Además, habla de su experiencia y de lo aprendido durante su entrenamiento:

 “Te formas en idiomas, en conocer en profundidad cómo es la agencia, te repasas los tipos de misiones, el histórico de las pasadas, aprendes más de tus carencias… Vas estudiando lo que buenamente puedes, pero sin saber qué va a ser. Luego llegas a la prueba y está el estrés de que no sabes cuándo te van a llamar y además te contactan de un día para otro: ‘Mañana preséntate en Alemania’. Y tienes que estar ahí”.

Sara García, la primera astronauta española de la historia

Sara García conquistó la Agencia Espacial Europea.

El 11 de noviembre, la española recibió una llamada del director general de la Agencia Espacial Europea, quien le anunció que era una de las nuevas astronautas de la agencia comunitaria

Y el 23 de noviembre, su nombre, el de Pablo Álvarez y el de 15 compañeros más pasaron algunos días de esa vorágine inicial.

«En las entrevistas nos preguntaban si sabríamos gestionar la fama y a mí me preocupaba porque soy muy celosa de mi intimidad. De alguna forma, es como si me hubiera desdoblado», reconoce. En ese proceso, su pareja se ha convertido en su «Paquita Salas particular», comenta entre risas. «Me está ayudando con las redes sociales porque yo no tenía y no sabía manejarlas. Somos un equipo para todo. Él me mantiene atada al mundo».

De León a la Luna

Sara García transmite mucha serenidad y su motivación reside en los desafíos. De niña le encantaban los puzzles y con siete años construyó una radio. Es hija única, su madre tenía una tienda de telas en León y su padre tuvo varios trabajos antes de abrir una ebanistería con sus hermanos.

En Candanedo de Boñar, un pueblo de León, Sara ver las estrellas con su padre y sus tíos, escrutando mapas de constelaciones. Así descubrió su fascinación por el espacio. Aunque su padre le introdujo a las películas de ciencia ficción y las odiseas espaciales, a ella nunca se planteó ejercer una carrera como astronauta.

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Formación científica en una universidad pública y carrera investigadora en España

Sara García siempre tuvo claro que quería estudiar una carrera científica. Se licenció en Biotecnología en la Universidad de León y completó su doctorado en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, donde fue distinguida con el premio a la excelencia investigadora. Sara ha querido darle valor a su formación en el sistema público.

«Mis padres no podrían haberme pagado una universidad privada. He recibido una grandísima formación en una universidad modesta y pública y me siento en deuda».

Sara inspira su carrera como investigadora oncológica.

«Me interesaba por la complejidad y el reto que representan este tipo de enfermedades, pero también por la cantidad de gente que se ve afectada por ellas».

Curiosamente, la leonesa ha desarrollado una exitosa carrera investigadora sin salir de España. Cuando estaba intentando conseguir un visado para irse a Estados Unidos, decidió quedarse en España. Luego, recibió un correo electrónico en el que le ofrecían un contrato en el laboratorio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Allí lidera un proyecto para desarrollar fármacos para tratar un tipo de cáncer de pulmón y páncreas, conocida como de KRAS. En seis meses, consiguió aislar la proteína del cáncer y descubrir su estructura a nivel atómico.

«Ahora tenemos las pistas que necesitamos para sacar los fármacos adelante».

Sara García Alonso, investigadora del CNIO y astronauta de la ESA.

Se buscan mujeres para ir a la Luna

Hace un año y medio, recibió un mensaje de su tía Cristina a través de  WhattsApp con un enlace que decía:

«La Agencia Espacial Europea busca mujeres para ir a la Luna». «Tú que siempre estás poniéndote retos imposibles, esto es para ti», decía.

«Al principio, me lo tomé a broma», recuerda Sara. «Era el trabajo de mis sueños. Cumplía toda la check list: implicaba hacer ciencia con la mejor tecnología, un ambiente multicultural y multidisciplinar, entrenamientos en estaciones subacuáticas, cuevas o retos de supervivencia, divulgación científica… Y, encima, ¡la posibilidad de ir al espacio!», cuenta.

Luego, pasó al apartado de requisitos y observó que la ESA ya no buscaba solo pilotos o ingenieros aeroespaciales.

«Todas mis experiencias, todos los retos que me había puesto a lo largo de mi vida, me habían dado una especie de mochila de habilidades que encajaba con lo que buscaban. Ahí me lo empecé a plantear en serio».

Durante el proceso de selección, al que se presentaron 22.500 candidatos, Sara pasó todo tipo de pruebas: test psicológicos, exámenes técnicos de 11 horas, paneles de entrevistas y dinámicas de grupo y evaluaciones médicas y psiquiátricas.

La astronauta Sara García motiva a las niñas a la vocación científica

Sara García motiva la vocación científica tanto en niñas como niños; y promueve la accesibilidad al talento femenino de la comunidad científica para lograr la paridad en todos los ámbitos de la sociedad.

La futura astronauta ha asegurado que «no hay profesiones de chicas y de chicos» y ha instado a las niñas a «confiar» y anirmarse a seguir la vocación científica porque «la ciencia nos necesita».

García ha hecho estas declaraciones en Castelló donde le fue otorgado los premios de la Alianza STEAM por el talento femenino, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

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