Simón Díaz, también conocido cariñosamente como el Tío Simón, es el músico más grande del folclor venezolano y que se ha convertido en todo un ícono del país.
Su pasión por el folclor venezolano, lo llevó a recorrer el mundo para dar a conocer la música tradicional de Venezuela.
Su padre le enseñó a tocar cuatro y a componer música tradicional
Nacido el 8 de agosto de 1928, en Barbacoas, estado Aragua, Simón Díaz es el músico tradicional venezolano más importante de la historia musical de nuestro país.
Su pasión por la música fue heredada de su padre, Juan Díaz, quien le enseñó enseñó a tocar cuatro y a componer, ya que formaba parte de la banda del pueblo que siempre improvisaba coplas y tonadas en sus presentaciones.
Su padre falleció cuando Simón tenía 12 años, pero sus enseñanzas le sirvieron para convertirse en músico tradicional.
Simón Díaz: “El llanero” que conquistó Caracas
A comienzos de los años 50’s, Simón se mudó a Caracas y estudió música con grandes músicos venezolanos como José Antonio Abreu, Vicente Emilio Sojo y Teófilo León.
Luego, se hizo popular con un programa radial llamado “El Llanero”, en el que compartía las raíces de nuestro folclor con representantes de la música tradicional, combinando el humor y su talento como cantante y compositor para la improvisación.
Simón Díaz experimentó con todos los estilos populares
Simón Díaz siempre se caracterizó por su música llanera tradicional, ya que experimentó con todos los estilos populares que sonaban en la radio de su época. La versatilidad de su talento, le permitieron jugar con su voz para darle vida a un repertorio con más de 50 producciones discográficas.
En 2001 grabó un álbum de boleros titulado Amorosamente, y otro denominado “Simón Díaz tangos” en homenaje a Carlos Gardel. Además, destacó en la salsa, las gaitas, las tonadas, y, por supuesto, la música tradicional venezolana y humorística.
“Caballo Viejo” es un ícono mundial
La integralidad de su talento, lo llevó a conquistar la escena internacional, especialmente, cuando popularizó su canción «Caballo Viejo», uno de los éxitos más grandes de Simón Díaz. Se trata de un pasaje llanero que se estrenó por primera vez en 1980 que se ha convertido en un himno para nuestro país y que le dio la vuelta al mundo.
La canción ha sido reinterpretada con arreglos más de 350 veces, traducido a más de 15 idiomas y ha sido versionada por grandes íconos de la música mundial como Julio Iglesias, Juan Gabriel, Plácido Domingo, Celia Cruz, Gilberto Santa Rosa, Rubén Blades, Gypsy Kings, entre otros.
La verdadera historia que inspiró ‘Caballo Viejo’ contada por Simón Díaz
Estrenada en 1980, «Caballo Viejo» es la canción de Simón Díaz que se convertiría en un ícono de la música tradicional venezolana.
El cantante de folclor tradicional explica que su historia con «Caballo Viejo» inicia con un contrapunteo, una competencia en la que dos cantantes debaten para ganar la «palabra final» con versos, acompañados de instrumentos tradicionales como el arpa, el cuatro y las maracas.
Cuando el amor llega así de esta manera… | Simón Díaz: El músico más grande del folclor venezolano
La historia detrás de “Caballo viejo”, fue contada por el propio Simón Díaz en una entrevista que le hizo el cineasta y escritor venezolano, Leonardo Padrón, para su libro ‘Los imposibles’.
Entonces, el famoso tío Simón cuenta la anécdota de la creación de Caballo viejo:
Estábamos en San Fernando de Apure y yo le digo a uno de los empleados míos que me consiguiera para el día siguiente a unos músicos con arpa, cuatro y maracas y a un cantante.
Efectivamente, a la mañana siguiente, como a las 10, llegaron los músicos pero no llegó un cantante sino una cantante de 19 años, linda y cantaba precioso. Bueno, yo me enamoré de ella y ella de mí, pero en ese momento nada más.
Nos fuimos a grabar el programa y en la noche yo me puse a recitarle unos versos (…) Y le digo una cantidad de cosas. Y resulta que se paró un muchacho a contestarme y empezamos a hacer un contrapunteo Tin, tin, tin, tin, tin. Pero un contrapunteo que duró más de una hora ¡Fue tan bueno ese contrapunteo! ¿Sabes quién era el muchacho? Pues el novio de ella.
Bueno, ella se lo llevó y se fueron. Al día siguiente, en la mañana, cuando nos estábamos desayunando, yo le digo a los muchachos: “¿Se acuerdan de aquello de anoche?”… “Ah no, Simón. Eso de anoche fue un espectáculo, qué cosa tan buena, ese contrapunteo, ésa es una de las cosas más buenas que hemos oído”, me dicen.
Y entonces les digo: “Oigan lo que le compuse”. Y les canté Caballo Viejo. La compuse como entre las 6 y las 8 de la mañana recordándome del episodio de la noche anterior.
Después de esta vida, no hay otra oportunidad | Simón Díaz: El músico más grande del folclor venezolano
La canción «Caballo Viejo» se entiende como una historia autobiográfica que Simón Díaz compuso en una noche, lo que la hace muy especial.
“Se trata de un caballo viejo que la gente había sacado a la calle y cuando un caballito viejo está en la calle y se enamora, ay, ay, ay. Por eso la canción dice al final el potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad. Caballo viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida, no hay otra oportunidad”.
Un compositor que cuenta histroias con sus letras
Inspiradas en la naturaleza del campo, las canciones de Simón Díaz nos cuentan una historia que transforma profundos y emotivos mensajes en cuentos relacionados con el folclor venezolano. La poesía de sus letras conmueven a todo aquel que escuche sus canciones.
“La gente me preguntaba por qué quería dedicarme a la música de mi país… De ahí es de donde soy y esa es la música que sentía dentro de mí. Siempre fue parte de quien soy. Me inspira la gente, el trabajo, la tierra, las materias primas y la verdad de la naturaleza, las cosas simples que alguna vez fueron importantes“, explicó Simón Díaz en una entrevista en el 2005.
“Mercedes” es una de las canciones más famosas del Tío Simón que narra la historia de una mujer que muere tras ser atacada por un cocodrilo. “La Vaca mariposa”, es un cuento que relata la historia de una vaca que cuida a su becerrito recién nacido.
A 6 años de su desaparición física, el legado de Tío Simón se ha enraizado en la cultura venezolana, cuyos aportes marcaron eternamente el folclor venezolano; siendo el más grande compositor y cantante tradicional de nuestro país.
Simón Díaz y la tonada llanera
La tonada llanera acompañaba el proceso de ordeño de las vacas en la que los ordeñadores entonaban canciones para ejecutar su labor.
Simón Díaz se dedicó a recopilar y componer tonadas, que luego incorporó en su primer disco, Ya llegó Simón, que incluye la Tonada del cabestrero y Tonada de Luna Llena, siendo ésta una de las más populares y versionada.
El cantautor venezolano lanzó una alerta mundial ante la UNESCO el 5 de diciembre de 2017 para prevenir la extinción de la tonada llanera y, en general, de los Cantos de trabajo del Llano colombo-venezolano, cuando introdujo esta manifestación cultural en la lista del Plan Especial de Salvaguardia Urgente del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Colaboración con Hugo Blanco
En 1963, Simón Díaz se une al músico, compositor y productor musical Hugo Blanco para grabar los temas Por Elba y Matagente en el álbum titulado, Parranda criolla. Al año siguiente, lanza su primer álbum como solista, Ya llegó Simón. Para 1966, aparece el disco Caracha Negro y de la colaboración Díaz-Blanco surgieron 16 álbumes de larga duración.
Presencia en el cine y la TV
Simón Díaz incursionó en la televisión venezolana en 1960, mediante su programa La Quinta de Simón, y continuó con los espacios: Reina por un día, Criollo y sabroso, Mi llanero favorito, Venezolanamente, Simón cuenta y canta, Pido la palabra, El Show de Joselo y Simón, y finalmente, Contesta por Tío Simón. Este último era un programa infantil que se transmitió en Venezolana de Televisión, durante la década de 1980; siendo el más seguido por la audiencia.
También participó en el cine, al actuar en las películas: Cuentos para mayores (1963), dirigida por Roman Chalbaud; Isla de sal (1964) de Clemente de la Cerda; El reportero (1966), de Michelangelo Antonioni; La bomba (1975), de Julio César Mármol; Fiebre (1976), de Alfredo Anzola; La invasión (1977), dirigida por Julio César Mármol y José Ignacio Cabrujas como guionista; y La empresa perdona un momento de locura (1978), de Mauricio Walerstein.