La mascarilla inteligente posee un sistema de purificación o filtración del aire, aptas para su uso cotidiano. Estas tienen como objetivo principal obtener una mejor calidad del aire que se respira mediante un sistema de filtros que permiten la entrada de aire fresco y extracción del aire espirado.
Un español en Italia creó una mascarilla capaz de auto desinfectarse y detecta focos de Co vid-19y que, además, facilita la comunicación no verbal.
Inclusividad, sostenibilidad y tecnología, tres pilares de la mascarilla inteligente
Se trata de una mascarilla inteligente, denominada Cliu, que está basada en tres pilares: inclusividad, sostenibilidad y tecnología.
El diseñador español, Álvaro González Romero-Domínguez y su socia la italiana Simona Lacagnina crearon la mascarilla inteligente, afirma que es «inclusiva» porque es transparente, facilitando incluso la comunicación no verbal para aquellas personas que tienen dificultades auditivas.
Es «sostenible», porque es reutilizable y además utiliza unos filtros antimicrobianos y bioactivos, no contaminantes desarrollados por la Universidad de Siena, por lo que no ocasiona daños al medioambiente.
«Queríamos un producto sostenible. Leímos en un artículo que decía que dentro de poco habrá más mascarillas desechables que medusas en el mar y decidimos que esto no podíamos tolerarlo, debíamos poner toda la carne en el asador para que no fuera así», explicó González.
Una mascarilla que se auto desinfecta
La mascarilla inteligente fue creada en Palermo (Italia) por el español Álvaro González Romero-Domínguez y su socia italiana Simona Lacagnina.
La versión estándar puede desmontarse y soporta temperaturas de hasta 200 grados. La mascarilla pude meterse en la lavadora o incluso el microondas.
La mascarilla es capaz de autodesinfectarse, medir la calidad del aire y alertar de focos cercanos de coronavirus, entre otras funciones.
Finalmente, es «tecnología», que hace que la mascarilla sea un dispositivo inteligente.
¿Dónde será distribuida la mascarilla inteligente?
La primera oleada de mascarillas inteligentes será distribuida en los países más afectados por el Covid-19, en menos de dos meses, especialmente, en España e Italia.
Posteriormente, llegará a América Latina, Estados Unidos y Japón que se han convertido en el foco global de la pandemia.
¿Y cuándo llegará para al resto del mundo?
Las mascarillas inteligentes, Cliu fueron reservadas a unas 20.000 personas desde la página web del proyecto. Sin embargo, está previsto la distribución mediante e-commerce para ser vendidas a nivel internacional».
La mascarilla inteligente fue creada por un diseñador español
Álvaro González Romero-Domínguez es oriundo de Huesca, en el noreste de España y parte de Aragón.
La región concentra más casos en el rebrote del nuevo coronavirus que enfrenta el país ibérico en los últimos días. El español no ha visto a su familia desde antes del confinamiento.
La preocupación de contener el plástico en el medioambiente
La avalancha de plásticos y otros materiales no biodegradables que se vierten en la naturaleza ha sido de gran preocupación a medida que la mascarilla ha pasado a formar parte de la nueva normalidad en todo el planeta.
En relación a este tema, Cliu ha firmado un acuerdo con la asociación italiana SEADS (Sea Defence Solution), una institución que trabaja en colocar barreras en los ríos para bloquear los plásticos que llegan al mar.
El convenio prevé que parte del dinero recaudado por la venta de 20.000 mascarillas, será entregado a dicha organización para colocar barreras en el río Arno, que se origina en la región italiana de la Toscana, con el fin de contener los 20.000 kilos de plásticos que cada año llegan al mar Mediterráneo.
La mascarilla inteligente y sus bondades tecnológicas
Existen dos tipos de mascarilla, una versión estándar sin tecnología y otra inteligente, pero ambas tienen el mismo diseño.
La mascarilla inteligente contará con un sistema bluetooth, sensores y una serie de algoritmos que, a través de una aplicación, móvil específica, el usuario podrá acceder a información en tiempo real sobre su salud, como: medir la calidad del aire de la respiración, la frecuencia del ritmo cardíaco y detectará si existe algún foco activo de coronavirus en las proximidades. Esta versión contará también con una base de carga para la batería que tiene luz ultravioleta en su interior y que permite que la mascarilla se desinfecte en unos minutos.
Álvaro González Romero-Domínguez argumenta que: «Ayudará a prevenir enfermedades respiratorias, porque el mundo atraviesa ahora mismo una situación de emergencia por la Covid-19 pero la intención es que estos productos sirvan también para la gente que tenga alergias» u otros problemas respiratorios.
El usuario de la mascarilla sin tecnología también podrá utilizar la aplicación digital para medir la calidad del aire, pero no tendrá conexión directa con el objeto. Igualmente, la versión estandar puede ser desifectada introduciéndola en la lavadora, el lavavajillas o incluso el microondas, ya que los materiales soporta temperaturas de hasta 200 grados.
¿Qué precios tendrá la mascarilla inteligente?
El precio de la mascarilla estándar es de unos 90 euros mientras que la avanzada es 250 euros, ya que las personas se pueden llegar a gastar entre 300 y 500 euros en mascarillas desechables en un año.
Para conseguir financiación, González y Lacagnina emprendieron una campaña de crowdfunding que ha recaudado casi 137.000 euros.
Esta iniciativa se realizó con la intención de empezar a distribuir las mascarillas a los más de 60 países de Latinoamérica, así como, a otros como Estados Unidos y Japón.
Referencias
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/07/27/5f1f001921efa01e3d8b45a1.html