Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana

Un repaso a las diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana, de cara a la MET Gala 2022: Fueron las diseñadoras en la sociedad estadounidense y esenciales para tejer la moda en los Estados Unidos.

Estas mujeres que se dedicaron a hacer historia vistiendo a Estados Unidos forman una parte absoluta de esta nueva exposición del museo MET de Nueva York, In America: An Anthology of Fashion. No obstante, muchos de sus nombres han quedado casi condenados al olvido; ya que algunos de ellos resulta prácticamente imposible obtener información o ahondar en sus biografías.

Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana

La historiadora Caroline Milbank señala en New York Fashion, el primer plantel real de diseñadores norteamericanos fue predominantemente femenino. Asimismo, la afamada Valerie Steele dice:

“Durante la primera mitad del s. XX, el diseño de moda era principalmente una carrera femenina, sobre todo en Estados Unidos, donde se veía como una ocupación apropiada para las mujeres”, cuenta en Women Designers in the USA. De hecho, a finales de los años 30 Emmet Joyce, uno de los diseñadores más consolidados de Hattie Carnegie, era mencionado como parte de un artículo del World Telegram titulado “Los hombres también diseñan”.

La Guerra de Secesión (1861-65) incentivó que las mujeres comenzasen a ocupar puestos de trabajo que habían desempeñado hombres. Su creciente independencia se hizo notoria mediante iniciativas empresariales como la de Ellen Demorest: la pionera en vender patrones por correspondencia, que convirtió en un emporio con publicación propia y una plantilla integrada por empleadas interraciales.

En la misma época que Demorest, hubo varias mujeres que han sido de ejemplos ilustrativos de la moda norteamericana en una sociedad multicultural, basada en la inmigración tras la abolición de la esclavitud.

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Modelo en la playa luciendo un bañador con botones y escote halter de Claire McCardell (1945).

Una moda con un origen plural | Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana

Los movimientos migratorios se encuentran en el corazón de Estados Unidos, al igual que en la moda norteamericana.

La venezolana Carolina Herrera, el dominicano Oscar de la Renta, Prabal Gurung de origen nepalí o Anna Sui de padres chinos, alude a la riquísima variedad de culturas que nutre la creatividad “made in USA”.

Estos diseñadores que hicieron posible la moda norteamericana representan casos actuales que se suman a su paradigma: al igual que Diane von Furstenberg, Anne Klein y Nettie Rosenstein, formarán parte de la exposición del MET.

Europa fue la cuna de de algunos de los diseñadores más afamados de la moda estadounidense, como Valentina, que emigró de Ucrania, o Pauline Trigère, cuyos padres eran emigrantes rusos.

Francia también nutriría la propia industria. Entre los nombres que menciona el museo MET de Nueva York se incluye a Madame Olympe, que se trasladó a Estados Unidos en la década de 1840; o Olympe Boisse que se asentó en Nueva Orleans.

Al igual que Nueva York, Nueva Orleans ostentaba una posición de liderazgo en esa incipiente industria de la moda, encabezada por mujeres como A. Mace. Ella importaba de Francia productos de sombrerería. Cuando falleció, Olympe, tomó las riendas del establecimiento en 1853 y amplió el negocio a otras piezas, como vestidos.

En el museo MET de Nueva York, solo se conservan de Madame Olympe tres vestidos completos y gracias a ellos se le puede atribuir un mérito: ser de las primeras diseñadoras norteamericanas en etiquetar sus diseños.

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Abrigo de noche en terciopelo, de Nettie Rosenstein (1950).

La moda también comenzó con creadoras afroamericanas | Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana

Existió otro problema relativo a los creadores afroamericanos: la absoluta ausencia de sus nombres en los registros históricos de negocios de moda.

Ejemplo de ello es el de Elizabeth Keckley, la esclava negra que compró su libertad y se convirtió en activista y modista personal de Mary Todd Lincoln, la Primera Dama de Estados Unidos.

En lo relativo a otras diseñadoras afroamericanas, los nombres que han trascendido del s. XIX son: Pauline Seba y Julia Bulkley, en Charleston (Carolina del Sur); y Fannie Criss (1866-1942), Richmond (Virginia); y posteriormente en Nueva York, a la que el museo MET de Nueva York también incluye en su exposición.

Criss dejó poco legado como la colección de trajes y textiles en The Valentine. El museo de historia de Richmond alberga varias prendas diseñadas por ella. En total, son cuatro vestidos de día que son ejemplos de la moda de principios de s. XX.

Ann Lowe (1898-1981) es la diseñadora que confeccionó el vestido de novia de Jackie Kennedy. Lowe aprendió a coser de su madre y su abuela, que eran modistas. Su trabajo ha sido admirado por Christian Dior y Edith Head; siendo sus dos especialidades el guateado en trapunto, con el que añadía nuevas dimensiones a la pieza, y las flores tridimensionales.

Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana
Retrato nupcial de Jacqueline Lee Bouvier Kennedy con su vestido, firmado por Ann Lowe.

Lowe les abrió los salones de su boutique en el 540 de Madison Avenue, donde les enseñaba cómo se hacían sus esculturales vestidos, todos elaborados a mano.

El MET también ha incluido a Lowe en la exposición titulada In America: An Anthology of Fashion.

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Ann Lowe ajustando el cuerpo de un vestido de Alice Baker.

La costura y la elegancia más allá de Charles James y Norman Norell | Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana

Charles James, cuya destreza era convertir la moda en pura arquitectura, se equiparó en su época a la capacidad de Christian Dior o Cristóbal Balenciaga. De sus talleres parisinos surgieron nombres de diseñadores que también alcanzaron la inmortalidad en el mundo de la moda: Yves Saint Laurent o André Courrèges.

Sin embargo, no sucede lo mismo con su diseñadora asistente: Marguery Bolhagen (1920-2021). Muchas de las prendas de esta diseñadora evocan la silueta estructurada de Charles James, para quien trabajó antes de abrir sus propias tiendas en Washington y Nueva York.

Entre sus creaciones que conserva el MET se encuentran los conjuntos que aluden al inmortal acolchado de su mentor; o vestidos cuyas faldas evocan el volumen que Charles solía dar a las caderas en los diseños de noche. Norman Norell llevó las técnicas de alta costura al ready-to-wear.

Nettie Rosenstein (1890-1980) se hizo célebre por popularizar el ‘little black dress’ en Estados Unidos. Sus creaciones de drapeados estratégicos y sus estampados hacían juego con guantes y bolsos a juego. Las piezas de bisutería eran otra de sus señas de identidad.

Vestidos de noche de Nettie Rosenstein.
Vestidos de noche de Nettie Rosenstein.

En los años 50, incorporó su silueta predominante en una cintura de avispa y una falda voluminosa, que aplicaba en vestidos de baile y trajes, tanto de día como de noche. Uno de sus vestidos más icónicos es el rosa que llevó Mamie Eisenhower como Primera Dama, en el baile inaugural de 1953.

Mamie Eisenhower llevó este vestido rosa de Nettie Rosenstein al baile inaugural de 1953 acompañado por un bolso de...

Oriunda de Budapest, la diseñadora Eta Hentz, también conocida como Madame Eta, trabajó como diseñadora principal de ready-to-wear; especialmente bajo Ren-Eta, el proyecto empresarial que creó con Maurice Retner.

En el museo MET de Nueva York varios diseños que van desde la primavera de 1942 a la de 1944. Su maestría radicaba en transformar prendas históricas como el clámide griego o la palla romana en elegantes vestidos de noche.

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Diseños de Eta Hentz fotografiados en el MET con motivo de la exposición ‘The Greek Revival in the United States’ de 1944

El ‘American Look’ y el despertar de la identidad de moda estadounidense

El “look norteamericano”surgió, tras la Guerra de la Independencia, cuando la ropa era hecha y tejida en casa.

En su deseo de independencia, las mujeres se liberaron, abrazando el look sencillo. La industria ready-to-wear, comenzó a despuntar hacia 1850, cuando las mujeres estadounidenses comenzaron a usar ropa más simple: faldas más cortas para pasear y chaquetas y camisas para usar en el día.

En los años 30 se produjo la moda “made in USA”. Dorothy Shaver, vicepresidenta de los grandes almacenes Lord & Taylor, inició una campaña masiva en 1932; para dar visibilidad a los diseñadores norteamericanos.

Entre sus primeras cohortes se encontraban diseñadoras como Muriel King o Elizabeth Hawes que creaon ropa que respondía a las necesidades del resto de mujeres; a través de prendas sencillas y prácticas.

Elizabeth Hawes (1903-1971) se centró en la comodidad y la construcción antes que en el adorno.

Vestido de moir de Elizabeth Hawes.
Vestido de moiré, de Elizabeth Hawes (1932).

Claire McCardell (1905-1958), la suma sacerdotisa del ‘American Look’ optó por hacer vestidos por partes: una blusa para combinar indistintamente con faldas, pantalones o shorts.

Su primer éxito, el Monastic dress (1938), holgado y cortado al bies, con pliegues, al estilo griego; el ‘Kitchen Dinner Dress’, un diseño con delantal a juego y el ‘Popover dress’; un vestido envolvente, con escote con sobrepelliz, elaborado en tejido vaquero, con bolsillo y guante.

En 1946 el fotógrafo Serge Balkin inmortalizó este conjunto “Arabian Nights” en gris de Claire McCardell acompañado por...
En 1946 el fotógrafo Serge Balkin inmortalizó este conjunto “Arabian Nights”, en gris, de Claire McCardell, acompañado por sandalias y joyas doradas.

Sus prendas de baño se adaptaba a diferentes tallas y tipos de figuras, y popularizó las bailarinas de tela de Capezio fueron todo un éxito en 1942.

Anne Klein (1923-1974) creó un armario basado en prendas básicas, como un buen blazer, unos pantalones bien hechos o unas camisas que fuesen asequibles; o los híbridos: falda o pantalón.

Klein es considerada en los años 60 como la diseñadora más relevante de la moda junior a través de su propia firma, Junior Sophisticates.

Los museos contribuyeron al ‘American look’ y promovieron a sus diseñadores

El American look era en esencia, el impulso de ser moderno y práctico, aunque cada diseñador lo abordase desde una perspectiva diferente. Jessie Franklin Turner (1851-1956) es una de las pioneras en sentar las bases del estilo norteamericano a través de sus creaciones versátiles y minimalistas.

Franklin Turner está íntimamente ligada a la lencería femenina de los años 20. Los vestidos negligés y tea-gowns, concebidos tradicionalmente para la privacidad del hogar, se convirtieron en una obra de arte apropiada para cualquier ocasión.

Sus creaciones eran una fusión de lo exótico y lo místico, así como de su profundo conocimiento en tejidos y tinción. Turner era una maestra del color que conocía los azules y verdes y combinaba tonos vívidos en prendas de inspiración oriental que ella misma teñía.

Franklin Turner mantuvo una estrecha vinculación con los museos. Morris de Camp Crawford fue su compañero de investigación en el Departamento de Antropología del Museo de Historia Natural. Ambos tuvieron los museos para ejercer como catalizadores de la identidad de moda norteamericana durante las Guerras Mundiales.

Particularmente, Crawford eligió a Jessie Franklin Turner como diseñadora destacada una campaña en el Museo de Historia Natural de Nueva York para crear el estilo distintivo norteamericano; especialmente de “las culturas primitivas”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Turner fue parte íntegra de las exposiciones realizadas en el museo MET de Nueva York para promover la moda norteamericana.

En abril de 1942, el museo inauguró una exposición extravagante, Renaissance in Fashion, en la Franklin Turner participó con cinco vestidos que incluían bordados y brocados coptos o persas.

Diseñadoras que hicieron posible la moda norteamericana
Estos vestidos de Jessie Franklin Turner son un ejemplo de su maestría del color: el “amarillo chino, el galleta y el negro” son los tonos de la prenda de la izquierda. A la derecha, morado “amaranto” y verde “palmetto” con un cinturón tricolor.

En conclusión…

Con estas exposiciones, Estados Unidos daba visibilidad y colocaba en relieve a sus propios creadores; así como, para demostrar el rol de esas diseñadoras por las que apostaron Dorothy Shaver o Eleanor Lambert (creadora de la semana de la moda de Nueva York).

El museo MET incluye a estas diseñadoras en In America: An Anthology of Fashion para destacar su trayectoria y la vinculación que tuvieron con el propio museo.

Pocas figuras como Dorothy Shaver al frente de los grandes almacenes Lord  Taylor dieron tanta visibilidad a los...

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